
La vida es solo una, y las tragedias, muchas, más que las alegrías...
Aún así, estoy luchando duramente a cada paso que doy para que las pequeñas felicidades sean más que las grandes tristezas que siempre nos azotan y estar atenta de mí misma, como diría Facundo Cabral, porque ni la mayor alegría ni el más grande dolor los he sufrido... Palabras que me han sido útiles como una formidable lección de vida.
Por eso, en pos de cada nueva alegría que encuentre en el camino, algún día cercano...
Veré que el amor que me vuelve a sonreir me haga sentir tan verdadera como una vida que despierta.
Haré partícipe a quien merezca mi alma de todos los secretos que necesite saber sin que dejen de serlo.
Me acercaré a una intimidad sincera con alguien sin temor a que me lastimen.
Sentiré que nada malo que digan de mí me va a afectar en absoluto, porque las palabras no me matan sino que me fortalecen más.
Y, sobre todo, que cada zapato que calce en cada uno de los múltiples senderos de la vida se rompa únicamente una vez que haya llegado a mis metas, pasando así a otra.



