Las más de las veces la vida nos lleva a lugares insospechados y a desprendernos de la comodidad del infame dicho de "lo malo conocido...", descubriendo nuevos placeres que nos hacen llevadera la vida en soledad... que a ratos no es tal ya que, por añadidura, vienen a nosotros personas que ni siquiera imaginábamos que podrían integrarse a nuestro ser tan sutil y gratamente: hablo, principalmente, de los amigos, de quienes se dice que son para toda la vida si se hacen verdaderos.
No tanto así con las parejas que tenemos a lo largo de los años.
Vaya cosas las que digo... Esto porque, en mi caso, respecto al punto de las parejas, los que parecen estar destinados a ser los hombres de mi vida (salvo los hombres de mi familia, caso distinto) terminan alejándose de mí por algún motivo, ya sea por malentendidos, porque me han considerado "fácil", por seguir caminos distintos... Siempre me quedaba un corazón yermo, luchando por rellenar sus propias troneras y por florecer de nuevo. Un corazón de jardín en el que ahora me recreo. Ya no tengo por qué inquietarme en soledad ni esperar a nadie.
Y nunca me sentiré sola, porque siempre tendré buena compañía, sea espiritual o humana, y un extraordinario camino que recorrer con maravillosos paisajes que admirar y momentos lluviosos en los cuales no me importa quedar empapada, porque el Sol me calentará de nuevo. Por fin me di cuenta de que este camino de felicidades con lluvias dispersas se llama vida.
Estas son las alegrías que me da la soledad.
jueves, 21 de mayo de 2009
jueves, 7 de mayo de 2009
La vida sin mamá
Segundo domingo de mayo. Fecha en la cual seEste es mi homenaje particular a la memoria de la hacedora de mis días.
conmemora, en muchos países
del mundo, el día de la madre, creado por la
lucha incansable de una mujer
norteamericana por honrar el sacrificio de su
querida progenitora, fallecida,
precisamente, un segundo domingo de mayo, en
los albores del siglo; y, por
extensión, por reverenciar la dedicación de
todas las merecedoras del
honroso título de madre, con todas las letras, el
compromiso y el significado que implica.
Espero que les guste.
Aún te recuerdo, mamá...
Siempre que decidía ir tras mis sueños, corrías hacia mí y me acompañabas.
Cuando lloraba amargamente por un sueño destrozado, un amor perdido o un golpe de verbo injurioso de algún insensible, tu única palabra y gesto era tu abrazo.
Cada vez que tenía que alejarme de ti por algún motivo, mi más íntima muestra de afecto por ti era un beso en tu frente.
Tengo muy guardados, dentro de mí, uno por uno, los momentos en que me llamabas a cenar, los cuidados que me brindabas cuando estaba enferma, las cosas sencillas de ti como arreglar el cuello de mi camisa antes de ir a la escuela, y hasta tus severos regaños...
Pero undía fuimos nosotros, tus hijos, los encargados de cuidarte mientras el dolor causado por el impacto de los golpes acumulados en tu cuerpo y en tu vida te iban consumiendo. Poco dormíamos contemplando, con gran impotencia, el inexorable paso de las horas finales, al cabo de las cuales la fatalidad, cruelmente amparada en la mañana nublada, te llevó consigo.
Ha pasado tanto tiempo y sigo sin poder expresar mi tristeza a través del llanto, quizá debido a que malgasté mis lágrimas, de forma inútil, en situaciones que ahora juzgo insignificantes. Lo que sí tengo claro es que el hecho de que no llore no quiere decir que no esté triste ni me hace más fuerte.
Cuando despedíamos el año viejo y y dábamos la bienvenida al naciente, fue realmente el instante en que sentimos más desoladora tu ausencia, que nos hizo llorar al saber que ya no estarías. Ausencia que, ahora más que nunca, nos ha alentado a seguir y mirar adelante.
Perderte me ha hecho comprender que no hay sueño ni posesión material ni fama que valga cuando los amores se te van o te son arrebatados por la tragedia. Al mismo tiempo, me ha instado a ser más comprensiva, juiciosa y sabia, aunque otros se empeñen en en verme y hacerme sentir igual de idiota que ellos. Y me ha abierto el camino para buscar mi propia fortaleza y no doblegarme ante nadie, porque lo único que me importa es que los únicos que me importan me quieran y me apoyen, y de no ser así, que sigan su camino, ya que yo seguiré el mío. Pero tú, mami, sin saberlo, desde el momento de tu forzada partida de la Tierra, me has seguido acompañando.
Hasta un día de estos...
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