jueves, 26 de noviembre de 2009

El peor chantaje

En este momento me siento molesta. Triste. Humillada.
Alguien me chantajeó y me traicionó. Creí que era una persona que merecía mi confianza, aun cuando ya habíamos tenido disgustos. Pero lo que llegó a rebosar el vaso fue en una tarde cuando me pidió ayuda y le dije que no podría en ese momento porque estaba cansada (regresando de un viaje de estudios)... No lo tomó normal. Se encolerizó, malinterpretó mi respuesta y me gritó que era que no le quería ayudar. Yo le contesté: "Está bien si quieres pensar; yo estoy en mi derecho porque no soy una máquina, soy un ser humano. Si esa va a ser tu actitud hacia mí, lo mejor será que no me pidas nada, a no ser que me pidas disculpas." No se disculpó. No me habló. Otro en su lugar habría sido humilde y me comprendería. Ahora me doy cuenta de la clase de persona que era. Ya no nos tratamos. Y es mejor así.
Por más que sean perdonadas, personas así no van a cambiar, pues van a seguir siendo delincuentes del chantaje y son capaces de matar hasta con palabras. Son ladrones de dignidad y asesinos de confianza.
Yo, por más que perdone, no me sentiré en paz sino sacrificando su cercanía y trato. Prefiero perder el aprecio de un amigo o un hermano que ganarme a un enemigo.

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