jueves, 20 de mayo de 2010

Un alma oscura

Mi alma no brilla, no se siente lo alegre que se diga, no encuentra luz dentro de sí. He tratado de hallarla en las proximidades de otras almas, pero ha resultado imposible.
Hoy me he dado cuenta, por fin, de que luz y oscuridad no congenian: son, literalmente, blanco y negro; y hay momentos en que la una es dominada por la otra. Esta situación manifiesta, en lo más profundo de mí, se ha salido de mi control, además de que muchos están en las mismas que yo, algunos de los cuales solo ponen obstáculos y tinieblas en cada camino que piso.
Lucho a brazo partido por arrancar el color negro del paisaje de mi alma. Me parece que, en este instante, veo una luz que creí se había apagado. No habrá oscuridad que pueda con ella.

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