
"Es tu amante, es tu amiga, la elegiste libremente
Mientras yo te sonreía, te alejabas de mi vida".
Entro en un duro trance cada vez que escucho esta oración en aquella canción de Mari Trini: enseguida me hace pensar que mi distancia es lo único que mi sonrisa consigue de ti. Mientras más presente te lleva mi pensamiento, más patente se hace que de mí te has olvidado. Tu displicencia se impone a mi interés de saber un poco más de ti. Y pronto descubro la razón: tu amor por otra mujer, que es tan real, tan carnal, tan cercano, mientras que el mío es tan ilusorio que ahora mismo ha entrado en agonía dado que no cuenta contigo.
Debería sentirme conforme porque al menos ella tendrá contigo esa felicidad que se me escapó. Y esa tranquilidad me basta.
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