miércoles, 15 de abril de 2009

Amar, odiar, respirar

Cuando amas,
valoras y reservas el tiempo.
Cuando odias,
lo desperdicias.
Con el amor,
te sobra el respeto al prójimo.
Con el odio,
¿qué consideración hay en tu actuar y tu pensar?
En el amor,
disfrutas despacio tus días de vida.
Por el odio,
sientes tu corazón petrificarse poco a poco.
Tus sueños, impregnados de amor, siempre son apacibles.
El odio hace que no duermas ni tengas sosiego.
Amando,
te defiendes con una sonrisa.
Odiando,
tu escudo es siempre el grito, el golpe y el insulto.
¿Por qué pierdes el tiempo con resentimientos? Respira. Desecha el odio de ti, ya tenemos demasiado de ese veneno en el mundo. Anímate. Sonríe. Ama.

1 comentario:

  1. ¿Será por eso que nos sentimos atraídos irremediablemente ante una sonrisa madrugadora?
    Yo intento llevarlo a cabo cada día. Cada logro es un triunfo.

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