
Tengo que admitirlo.
Nunca aprendí a defenderme. Estoy desarmada. Ni siquiera tuve escudo.Me siento casi desnuda. Sin armas y sin vestidura apropiada,con las heridas a flor de piel y más cicatrices anímicas que físicas, por los estigmas del pasado. Mi carne se ha endurecido lo suficiente para constituir una coraza, pero aún no aprendo a usarla. Mis sonrisas son sinceras, pro sé que no bastan. Por lo tanto, me veo en la necesidad de ponerme un disfraz emocional, coloreado de optimismo artificial, porque el solo hecho de expresarme y mirar a los ojos a alguien me hace vulnerable.
Pues, nada, que soy demasiado romántica y los que me rodean son tan insensibles. Ya con la máscara de la amabilidad puesta, intentaron hacerme daño. La etiqueta del salvajismo me impone actuar con violencia y allí la inteligencia, o lo menos el buen uso de ella, no tienen cabida. Por favor, si lo mío es hablar bonito... Puedo ser inteligente y sin embargo se empeñan en hacerme quedar como la propia imbécil. Entonces, ¿De qué sirve la inteligencia si no sabes defenderte sino con la ley del más fuerte? ¿Te amortajarán con el "disfraz emocional"?
Yo me niego a eso. Quiero ser yo misma sin apertrecharme por ningún disfraz.
No dejes de ser tú. Besitos!
ResponderBorrarQueria invitarte a mi blog... somos difetentes... pero eso no quiere decir que no podamos compartir cosas.
ResponderBorrarwww.coelorus.blogspot.com
Un saludo
Gilsil